Todo comenzó cuando mis amigas de la infancia vinieron a Madrid a visitarme y pasamos juntas un fin de semana inolvidable, en el que compartimos momentos entrañables en casa y también disfrutamos mucho de la ciudad. Yo les enseñé un Madrid turístico, gastronómico, de shopping, durante el día y por la noche…y ellas me regalaron un tesoro muy ligado a mí, a las tradiciones de mi tierra que llevo en mi corazón, y a lo que yo me dedico desde hace años con tanto cariño. Me trajeron el secreto de la protección de las casas, a través de una pulsera de la firma (eguzkilorejoya.com), y en el interior de la cajita había un bonito escrito en euskera y en castellano donde se explicaba de dónde procedía y lo que significaba la leyenda del Eguzkilore, la “Flor del Sol”:

“Hace miles de años, cuando comenzó la vida en la tierra, no existía el Sol ni la Luna. Los seres humanos vivían asustados por las criaturas que salían de las entrañas de la Tierra en la oscuridad. Entonces, paralizados por el pánico, decidieron pedir ayuda a la Tierra. Madre tierra (en euskera Amalur), les prometió crear un ser luminoso al que llamarían Luna.

Al principio, todas estas criaturas asustadas permanecieron en sus cuevas pero enseguida se acostumbraron a la luz de la luna. Y entonces los seres humanos decidieron volver a Amalur y pedirle algo todavía más poderoso; entonces Madre Tierra decidió crear el Sol, y de esta manera el Sol representaría el día y la Luna representaría la noche. Las criaturas y las brujas no pudieron acostumbrarse a la claridad del día y solo podían salir durante la noche. Los humanos estaban muy agradecidos a Amalur y durante el día todo era calma y armonía, pero al caer la noche era inevitable que las criaturas salieran de sus cuevas. Madre tierra (Amalur) decidió ayudarles por última vez y crear una flor tan hermosa que al verla las criaturas creyeran que se trataba del mismo sol y así dejaran a los humanos tranquilos también por las noches. Esta preciosa flor creada por Amalur fue el “Eguzkilore”, que según la leyenda, desde entonces protege nuestras casas de los malos espíritus, las brujas, las lamias (personajes de la mitología vasca), genios, enfermedades, tempestades y rayos.”

De esta forma tan bonita conocí la historia del “Eguzkiloreen la mitología vasca, y a partir de entonces, empecé a investigar sobre la flor del Eguzkilore con mucha ilusión y curiosidad.

La Eguzkilore o la flor del sol (Carlina Acanthifolia) es un cardo que crece en estado salvaje en los montes del País Vasco. Está catalogada como flora amenazada. Con lo cual está tajantemente prohibido coger Eguzkilores en el monte y por ello seguir con esta tradición de colocarla en las casas para su protección se hace bastante complicado.

El Eguzkilore es una planta que no se encuentra fácilmente, sus particulares gustos climáticos dificultan hallarla en su hábitat natural. Se ubica en las laderas soleadas de las montañas de Europa Central y Pirineos, busca el sol en altitudes mayores a los 800 metros, en lugares donde los vientos azotan los prados y eso facilita la propagación de su semilla. Así que si algún día tenéis la gran suerte de encontraros en el monte con un Eguzkilore, no dudéis en sacarle fotos, en admirar esta mágica planta, en grabarla en vuestra retina…pero por favor nada de tocarla! Cuidemos de la naturaleza y de nuestra preciosa Eguzkilore!

Motivada por encontrar una solución ante esta situación tan delicada de la planta del Eguzkilore, la familia Maghu (maghu-eguzkilore.com), con Marga a la cabeza, afincada en Elosúa (Araba), ha conseguido criar Eguzkilores en una pequeña explotación ubicada a los pies del embalse de Urrunaga.

La Eguzkilore es una planta bienal, es decir, su ciclo de floración es de dos años desde que la sembramos hasta que sale la flor. Habrá que tener paciencia para su cuidado y crecimiento. Por esa razón su precio aproximado es de 120€ y la familia Maghu tiene lista de espera. Se trata de un símbolo de protección de las casas basado en la flor seca de un cardo silvestre.

Eguzkilore

Se calcula que con 7 semillas se pueden llegar a recoger 3 Eguzkilores. Entre los meses de febrero y marzo se siembra la flor. Se recomienda sembrarlas en tiestos con agujeros, puesto que no llevan bien el exceso de agua. Además, como tienen raíces largas (de unos 12 cm) tendrán que tener el suficiente espacio. La temperatura idónea será entre 18 y 25 grados y habrá que regarla cada 3 días. En abril aparecerán las primeras hojas y se deberá trasplantar a otro tiesto de 25 cm de diámetro y de fondo. Cuando llegue mayo nos recomiendan sacarla al exterior sin encharcar la tierra. Durante el mes de noviembre la planta empieza a adecuarse para la invernar y poco a poco las hojas del Eguzkilore se irán secando hasta desaparecer. Las raíces seguirán vivas, por lo que deberemos mantenerla húmeda. En los meses de marzo, abril y mayo del segundo año, la planta seguirá expandiéndose hasta conseguir su momento álgido en junio, mes en el que podremos ver la flor. En agosto se cortará la flor del Eguzkilore y se secará en un espacio oscuro y sin humedad. Entonces conseguiremos nuestro preciado tesoro, que podremos colgar por fin en la entrada de nuestras casas para asegurar así su protección, como si de magia se tratase! Os invitamos a que os animéis a plantar uno y protejáis vuestra casa con la leyenda del Eguzkilore!

                                                  

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